El progreso de la demencia produce cambios en el comportamiento del paciente y vemos el aumento de las dificultades en la relación con los que le rodean. En algunas ocasiones la familia o los cuidadores pueden adivinar qué es lo que le pasa, pero en muchas otras no es fácil entenderlo. Hay que recordar también que, aunque algunos enfermos tienen las facultades mentales muy menguadas, necesitan comunicarse.
De esta manera podemos ver una serie de pautas importantes a tener en cuenta para las personas que tienen a su cargo un enfermo de Alzheimer o sus cuidadores.
Como a este tipo de enfermos les cuesta concentrarse, intentaremos hablar con ellos en un lugar tranquilo, que no sea un ambiente con mucho movimiento o ruido. Lo mejor es llamarles por su nombre de pila o relación familiar que les ayuda a centrarse. Utilizaremos palabras cortas y frases sencillas hablando despacio y pronunciando. Muy importante que les tratemos con dignidad y respecto de adulto a adulto, con amabilidad y cariño. Nuestras expresiones faciales, tono de voz y contacto físico los utilizaremos para demostrarle afecto. Sonreír, o cogerle la mano, comunican debidamente nuestro cariño. En cada actividad iremos pasito a pasito intentando que retengan las instrucciones, de esta manera serán capaces comenzando desde la tarea más fácil a ir efectuando las tareas del día a día, siempre adaptándonos a las habilidades de cada paciente.
Nos gusta insistir siempre en la importancia de la comunicación no verbal, expresiones faciales, posturas del cuerpo que pueden variar y que pueden tener varios significados. A parte del habla nos expresamos con el resto del cuerpo lo que facilita y completa la comunicación verbal.
Este tipo de comunicación es muy importante en los enfermos de Alzheimer que no pueden hablar, en los que su único medio de expresión son sus gestos faciales y posturas. A la vez, la información no verbal que nosotros les transmitimos a estos pacientes también es muy importante.
Algunos consejos para abordar este tema:
- Los mensajes no verbales que demos serán claros, de forma que ellos los entiendan enseguida.
- Deben ser rotundos, pero no exagerados
- Muy “importante”, un suave contacto físico transmite seguridad
- Debemos ser pacientes y receptivos a sus mensajes no verbales
- Intentaremos evitar que muchas personas hablen a la vez
- Es fundamental hablar siempre de cara al paciente, de forma amistosa y cariñosa, manteniendo siempre el contacto ocular.
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